“La Vuelta me ha gustado muchísimo”
08 Septiembre 2011

Sergio Pardilla recupera los duros instantes vividos en el día de su abandono y las buenas sensaciones vividas durante su primera Vuelta a España, en un día en el que Movistar Team quedó con sólo cuatro hombres por el abandono de Madrazo Tras su abandono de ayer en la 17ª etapa de la Vuelta a España por culpa de la gastroenteritis que ha dejado a Movistar Team con sólo cuatro ciclistas en carrera tras la baja hoy de Ángel Madrazo -Beñat Intxausti también comenzaba a verse afectado y entraba junto a Imanol Erviti a casi veinte minutos del ganador, Gavazzi (LAM)-, el jefe de filas del equipo Sergio Pardilla emprende esta tarde el viaje de regreso hacia su Membrilla natal. Con la tristeza por marcharse de su primera Vuelta cuando era el mejor representante del equipo -13º con el top-15 prácticamente garantizado y con opciones de entrar entre los diez mejores de la carrera-, el manchego repasa los amargos momentos vividos ayer y el balance de su primera vuelta de tres semanas entre los mejores: “La noche del martes ya comencé a encontrarme mal, no dormí bien, me dolía el estómago… pero así como otros compañeros ya se levantaron muy mal, yo fui empeorando conforme pasaba la mañana. Casi no desayuné y en el bus, justo antes de la salida, ya vi que la cosa no iba bien. En carrera no pude probar bocado y cuando bebía líquido, el estómago se me hinchaba y acababa vomitando. Llego un momento, en el primer puerto, que no podía seguir al pelotón. Me alcanzó Madrazo, que ya andaba descolgado, y más tarde Erviti, pero apenas podía ir a su rueda. Nos costó mucho volver a enlazar con el pelotón y justo cuando lo hicimos, Katusha se puso a tirar y ahí ya no tenía un gramo de fuerzas”.

Pardilla recuerda así el momento de marcharse de la Vuelta: “Fue el instante más duro, un ‘palo’ muy grande después de todo lo que habíamos pasado. Hasta el día anterior me encontraba muy bien, con mucha ilusión de aprovechar el último final en alto. Entiendes que son cosas que pasan, pero eso no te hace estar menos triste. Ya en el hotel comenzó a subirme la fiebre y cuando llegamos al hospital tenía casi 39 grados. Me tuvieron que poner suero y paracetamol y pasé un momento malo, con una bajada de tensión hasta que consiguieron controlarme la fiebre. Los cinco –López, Konovalovas, Erviti y Madrazo- estábamos tan agotados que nos quedamos dormidos durante las dos horas que estuvimos en las camillas con los sueros. Hoy, al menos, ya estoy recuperado, aunque moralmente sigo afectado”.

Pese al golpe psicológico, el manchego se queda con las cosas positivas de la carrera y de su primera campaña en Movistar Team: “La Vuelta me ha gustado muchísimo. Me he encontrado a un buen nivel y he podido estar con los mejores en mi terreno, la montaña. Creo que estaba en una buena posición para ser mi primera vuelta, aunque me hubiera gustado llegar a Madrid para ver dónde podía haber terminado. He aprendido muchísimo de los errores que he podido cometer, de dónde he gastado innecesariamente y dónde podía haberlo hecho para obtener más resultado. Para un futuro, creo que puedo tener margen de mejora. Además, me he quitado la espina del Giro, que lo acabé muy mal. Allí tenía unas expectativas que quizás no me tenía que haber marcado, pero al menos pude acabar y me sirvió como lección para cómo afrontar una grande. Aún no sé si correré algo más, pero el balance de este año debe ser positivo. Es mi primer año en un equipo de esta envergadura, con este calendario y la adaptación es difícil porque son carreras totalmente distintas a las que estaba acostumbrado. He aprendido mucho de todos, especialmente de los veteranos, y el haber estado así en la Vuelta me da más ganas de estar bien en 2012. La lástima es que para todo el equipo ha sido un año maldito, con una desgracia tras otra que han culminado en lo que nos ha pasado ahora aquí. Ha sido sin duda lo más negativo de todo el año y ojalá no se vuelva a repetir nunca más”.