Palabra de líder
16 Noviembre 2012

Entrevista - Valverde

Alejandro Valverde analiza la campaña de su regreso a la elite y sus ambiciones de cara a un 2013 en la que volverá a ser la punta de lanza del Movistar Team

Recién llegado de la luna de miel posterior a la boda con su ya esposa Natalia y con la serenidad de quien ha regresado a la primera plana internacional tras dieciocho meses de forzosa inactividad, Alejandro Valverde desprende tranquilidad en la primera concentración del Movistar Team 2013. Después de diez años como profesional y casi setenta victorias, el murciano afronta ilusionado una campaña en la que volverá a ser la referencia máxima de la escuadra telefónica.

– La boda y sus preparativos, el viaje de novios, el stage con el equipo… No está siendo un otoño aburrido para Alejandro Valverde…
La verdad es que no. Cuando acabé la Vuelta a España quería haber disputado Lombardía, pero una gripe me lo impidió y eso hizo que acabara antes la temporada. Luego, aunque suave, intenté no dejar de montar en bicicleta hasta la boda porque los preparativos siempre te generan más stress, aunque en mi caso he tenido la suerte de que Natalia se ha ocupado de casi todo; bueno, de todo (risas). Se trataba de no estar muchos días inactivo porque luego si no, juntando el viaje y demás, iba a ser un periodo demasiado largo de descanso. Está siendo un  invierno especial, pero no sólo por la boda, sino también porque después de dos años tan inciertos como los anteriores, este vuelve a asemejarse más a los inviernos de toda mi carrera. Ha sido una temporada muy larga, muy exigente y ahora es necesario hacer un buen descanso para cargar las pilas. Estoy con ganas de que llegue 2013.

– Recién llegado de Nueva York…
Estuvimos en 2010 y nos encantó. Por eso decidimos volver allí en nuestra luna de miel y la verdad es que ha sido una experiencia totalmente diferente a la de entonces. Todo iba perfecto, con un tiempo maravilloso…hasta el día que nos tocaba regresar viajando a Las Vegas. Comenzó a llegar el huracán Sandy, ese día cerraron todo los aeropuertos y no pudimos volar. Nos tuvieron dos días encerrados en el hotel y con bastante tensión, porque lo que veíamos por televisión no era nada halagüeño. Afortunadamente en Times Square, la zona en la que estábamos, los daños fueron menores, pero aún así no lo pasas bien. Afortunadamente todo pasó y pudimos tener unos días de relax total en Bora Bora. Regresamos el pasado viernes a España y el lunes ya estábamos por aquí en Pamplona concentrados. 

– Hoy termina esta primera concentración del equipo. ¿Cuáles son sus planes hasta el inicio de la temporada?
Ahora al regresar a casa, toca empezar de cero como quien dice a preparar la próxima temporada del modo en el que suelo hacerlo. Con un poco de gimnasio, natación, carrera a pie, mountain bike, algo de bicicleta de carretera para soltar… Este año me lo tomaré con más tranquilidad porque no voy a empezar en Australia como la temporada pasada y eso me permitirá estar más relajado estos meses. Aun con la boda, el viaje y demás, sólo estoy kilo y medio por encima del peso, o sea que en ese sentido no hay problema.

– ¿Ya con un calendario de carreras definido?
No lo hemos acabado de definir, sobre todo porque hay varias carreras en duda en el inicio de temporada. La idea es ir poco a poco a más para llegar a buen nivel ya a Catalunya o País Vasco, hacer las clásicas y descansar muy poquito antes de preparar Tour, con Dauphiné o Suiza antes, y Vuelta. ¿El Giro? Lo tenemos en cuenta y es una carrera que me gustaría porque no lo he hecho nunca, pero no se pueden hacer las tres y de momento me decanto más por Tour y Vuelta.

– Dos ‘grandes’ con las pretensiones de…
En el Tour, el objetivo es estar en el podio. Sé que es difícil, muy difícil, pero también sé que lo tengo en las piernas. Mi mejor puesto en la general del Tour ha sido el sexto y sé que puedo conseguir una mejor clasificación que eso. En la Vuelta estuve luchando hasta el final con Contador, que siempre es el máximo favorito en Francia, y con Purito, que no estaba peor que en el Giro en el que había sido segundo. Eso me da confianza de que en una grande, no se en cuál, puedo ganar.

– ¿En qué le ha cambiado esa espectacular Vuelta a España 2012?
Me ha ayudado muchísimo para comprobar que, en una grande estoy al mismo nivel o mejor que antes del parón. No gané la Vuelta, pero mis sensaciones fueron mejores que, incluso, en la Vuelta que vencí en 2009. Eso me confirma que estoy a un grandísimo nivel en las vueltas de tres semanas porque en el Tour, entre las caídas y demás, me había quedado con un sabor agridulce. La Vuelta me quitó esas dudas.

– Quizás el único lunar de su temporada fueron las clásicas. ¿Se le ha quedado una espina clavada?
No, para nada. Sabía que tarde o temprano, el cuerpo tenía que darme un bajón. Me quedó un sabor agridulce, es cierto, pero ya he ganado dos veces en Lieja y en la Flecha, he hecho podio en Amstel… No estuve al nivel de otros años, pero pese a todo estaba hasta el final en el grupo de cabeza. Este año las haré porque son carreras que me gustan y me van bien, pero no como un objetivo prioritario.

– ¿Le ha dado muchas vueltas a ese bajón en el mes de abril?
Ninguna. Cuando sabes los motivos…. Llevaba mucho tiempo en forma, mucho tiempo entrenando sin descansar. Si a eso le sumamos la tensión de todo lo que pasó los meses anteriores…. Fue todo un cúmulo de circunstancias que se me juntó. Todo me estaba saliendo bien y el cuerpo al final acaba pidiendo un descanso. Mi cabeza no quería relajarse, pero el físico ya no podía más.

¿Qué hay de diferente entre el Alejandro Valverde de noviembre de 2012 y el de doce meses después?
La tranquilidad. El año pasado estaba nervioso, inquieto por ver cómo iba a responder. En Australia, en la primera carrera, parecía un juvenil. Ahora estoy en esta concentración y estoy tranquilo, relajado. Ya sé que mi cuerpo está bien y tengo confianza plena en que 2013 va a ser un gran año.

– Cinco caras nuevas, ocho bajas… ¿cómo valora el equipo de cara a 2013?
Es cierto que se ha marchado gente importante que aún podía aportar cosas, pero las incorporaciones creo que son muy acertadas. Capecchi es un joven con mucho futuro pero ya con experiencia y que además en lo poco que lo he podido conocer, se va a adaptar muy rápido a nivel humano. A Szmyd le he tratado más porque nos ha tocado luchar codo con codo muchas veces y todos sabemos que es un gregario como pocos en la montaña. A Dowsett y Ospina casi no les conozco, pero con son muy jóvenes y seguro que van a aportarnos mucho. El que más controlo es Eloy Teruel y estoy convencido que no ha explotado aún sus cualidades. Ha estado más centrado en la pista y ahora tiene unas ganas tremendas de ponerse al servicio del equipo y seguro que será importante en su terreno para ayudar a los compañeros y a título individual en las contrarrelojes.

Contrarreloj, ¿una palabra que se repite en su mente?
Sí, es lo que me falta y lo sé. De hecho esta pretemporada ya voy a hacer un trabajo específico de gimnasio que nunca he hecho de cara a la posición en la ‘cabra’. Siempre me la llevaba a casa al empezar la temporada y este año me voy a ir también de aquí con ella… La bici de contrarreloj requiere muchos kilómetros encima de ella para intentar encontrarte lo más cómodo posible y la temporada pasada no empecé a encontrarme a gusto hasta después del Tour. Habíamos cambiado a una bici más pequeña y hasta que no volví a la talla de siempre no recuperé las sensaciones. Afortunadamente en la crono de la Vuelta, volví a sentirme bien,  fui 4º muy cerca de los primeros, y ahora toca mejorar en esa línea.

– En la etapa final de la Vuelta se le volvió a ver metido en un sprint, algo que en sus primeros años solía ser habitual, y que ahora algunos de sus detractores le echan en cara. ¿Le ha cambiado algo esa llegada?
Si me meto al sprint es porque puedo estar peleando por algo, luchando por algo, como en ese caso eran los maillots verde y blanco. Sabía que lo podía conseguir, que lo tenía en mis manos y por eso arriesgué. Pero meterme en un grupo aunque sea reducido si no tengo la confianza de ganar… Antes era más joven, más impaciente y ahora quizás busco otras cosas, sobre todo en las vueltas. Allí hay que recuperar lo máximo posible, ahorrar, guardar todo lo que puedas cada día. No creo que sea una cuestión de haber perdido velocidad, sino de otras prioridades y también de que la edad te hace tener más respeto al riesgo que  suponen las llegadas… y cuando tocas un poco más el freno en esos momentos, es más complicado ganar.

– Dicen los compañeros que más le conocen que el Alejandro Valverde del Movistar Team es una versión evolucionada del anterior.
Sí, yo también me noto más maduro. También vas cumpliendo una edad y te vas haciendo más mayor, con más experiencia. Antes era jefe de filas, pero era mas joven y a veces me costaba más trabajo opinar ante compañeros más expertos que yo, como podían ser los propios Arrieta y Chente. Aunque yo luego fuera quien tenía que disputar, no me resultaba fácil estar ‘por encima’ de gente más madura. Ahora sí que siento que he aprendido mucho, sobre todo en el tiempo que estuve parado, y que aporto más de lo que podía hacer antes. También Eusebio me ha dado mucha confianza, me hace muy partícipe de todo y eso influye y mucho.   

– ¿Conforme entonces con el equipo que le rodea?
No sólo conforme. Es que no cambiaría este grupo por nada. Ni de corredores, ni de directores, auxiliares… creo que hacemos una piña increíble. El llegar al hotel y estar a gusto, pedir algo y tenerlo al instante, tener un buen ambiente en la cena… todo eso es importantísimo en la competición y no es nada fácil tenerlo como lo tenemos nosotros.

– ¿Se siente especialmente querido por la afición?
Estamos haciendo todos el máximo esfuerzo porque la afición disfrute y creo que lo estamos consiguiendo porque tanto en los Juegos, como en el Tour y sobre todo en la Vuelta la cantidad de público ha sido impresionante. Personalmente, la verdad es que me siento muy querido por la gente, más incluso que antes del parón. A veces es difícil atender a toda la gente que me sigue en la salidas o en las llegadas. No es una cuestión de ser un estúpido, sino de que a veces estás concentrado en la carrera. Me encantaría estar todo el rato firmando autógrafos, pero no puedes estar abajo porque tienes que aprovechar todos los momentos para descansar. Ya no corro sólo para mí mismo, sino para que la afición también sienta las victorias y las derrotas conmigo y quizás por eso estoy notando más que nunca el cariño de la gente. Sobre todo después de esas lágrimas por la victoria en Australia. Aquella explosión de rabia, de romper con año y medio sin poder hacer lo que quería sé que le llegó mucho a la gente y supongo que fue porque allí vieron al Alejandro Valverde natural, como es en la vida misma. Una persona normal, como cualquier otra, que llora, que ríe, que sufre y que se emociona igual que las demás.