La Vuelta

Una Vuelta con las características más habituales de sus últimos años pero, a la vez, menos extrema y más abierta a todo tipo de corredores. Sin dejar de lado su estilo ya inconfundible, la 73ª edición de la ronda española dispondrá una primera semana con muchas opciones para los velocistas y guardará mucho de lo más destacado para sus últimos diez días, en los que Movistar Team tratará de repetir los buenos resultados que le han acompañado durante su actual período junto a Telefónica.

Una contrarreloj de 8 km por las principales avenidas de Málaga (sábado 25 de agosto), con un solo repecho en la calle Ferrándiz, abrirá una carrera en la que los mejores llegadores y sprinters resistentes tendrán a su disposición una llegada en cuesta en Caminito del Rey (2ª etapa, domingo 26), más suave que otros años al terminar por el Alto de Guadalhorce (3ª). Tras el primer final claro para velocistas en Alhaurín (lunes 27), con el paso previo por el Madroño (1ª), llegará el primero en alto: Alfacar (martes 28), ascenso de 1ª categoría (12 km al 5%) con rampas irregulares y, en buena parte, no excesivas.

Un sprint duro -el de Roquetas de Mar (miércoles 29), con el Marchal (2ª) a 26 km de meta- y otro muy claro en San Javier (jueves 30) dejarán paso a dos cuestas finales en Pozo Alcón (viernes 31), más suave, y Almadén (sábado 1 de septiembre), más exigente. Nada que ver, en cualquier caso, con un final de montaña clásico que cerrará la primera semana y el largo traslado de Andalucía a tierras salmantinas. La Covatilla (Especial; 10 km al 7%) será llegada de una larguísima 9ª etapa (200 km, domingo 2) con un recorrido inicial por Ávila -Pico (1ª), Gredos (3ª) y Peña Negra (2ª)- antes de poner rumbo a Béjar.

Después de la primera jornada de descanso y una etapa llana -ojo a posibles abanicos- hasta Fermoselle (martes 4), se abrirá paso la siempre incómoda media montaña gallega, con un sinfín de ascensiones en la Ribeira Sacra (miércoles 5) que pueden deparar cualquier tipo de resultado. La carrera subirá después hasta Estaca de Bares, el punto más septentrional de la Península Ibérica, el jueves 6 en una llegada para velocistas, antes de entrar en Asturias y comenzar el tríptico más duro de la Vuelta, compartido con la provincia de León.

La Camperona (1ª; 8,3 km al 7,5%, máxima de casi el 20%) abrirá el viernes 7 la parte decisiva de la carrera. Al día siguiente (sábado 8) se terminará en el inédito Les Praeres (1ª; 4 km al 12,5%), un pequeño coloso anticipado por San Isidro (2ª), la Colladona (1ª), la Mozqueta (1ª) y la Falla de los Lobos (3ª). Redondearán este bloque (domingo 9) los míticos Lagos de Covadonga (Especial; 11,7 km al 7,2%), con dos pasos previos por las distintas vertientes de El Fito (1ª).

La última semana de la Vuelta dará inicio (martes 11) con la única crono ‘larga’ del recorrido, 32 km entre Santillana del Mar y Torrelavega con apenas un repecho largo en Quijas en la segunda mitad del trazado. De Cantabria, a Euskadi el miércoles 12, con los bellos paisajes de la costa cantábrica -incluido el paso por San Juan de Gaztelugatxe (3ª)- y un final típico de carrera vasca con Santa Eufemia (3ª), Gontzegaragaine (3ª) y dos subidas, entre ellas la final, al Balcón de Bizkaia (1ª; 7,3 km al 10%).

Tras un largo traslado (186 km, jueves 13) de Ejea de los Caballeros a Lleida, la Vuelta se decidirá en Andorra. El viernes 14, una jornada unipuerto con final en La Rabassa (1ª; 17 km al 6,6%), y el sábado 15, con un cierto recuerdo a la llegada del Col du Portet en el pasado Tour donde venció Nairo Quintana, la etapa ‘reina’ de la última semana. Solo 97 km y más de 3000m de desnivel para superar la Comella (2ª), Beixalis (1ª), Ordino (1ª), las segundas vertientes de Beixalis (1ª) y la Comella (3ª) y remate con La Gallina (Especial), a poco más de 24 horas de Cibeles.