Milán-Turín

Esta Milán-Turín no es como las de otros años. La reubicación de las grandes carreras italianas en el calendario post-pandemia llevó a la prueba más antigua del calendario europeo (primera edición en 1876) a ser antesala de la Milán-San Remo, que tendrá lugar el sábado 8. Y por ello, el recorrido, otrora para escaladores, se vuelve un ‘ensayo general’ de lo que los aspirantes a la ‘Classicissima’ pueden encontrarse tres jornadas después.

No hay ni una sola cota categorizada en los 198 kilómetros entre Mesero -a unos 30 km al oeste de Milán- y Stupinigi, que ya había acogido hace dos años la meta del Gran Piemonte (a disputarse una semana después de esta carrera). Las únicas elevaciones llegarán a mitad de carrera y los últimos 50 kilómetros son planos como mesa de billar. Una rotonda a 2 km de meta y una curva a izquierdas a 400m de la llegada serán los únicos obstáculos para los velocistas.