El murciano de Movistar Team, a un escalón del grupo definitivo en la meta de San Giovanni Rotondo, se sitúa 4º en una general donde Andrey se ubica también por delante de los grandes candidatos para la general.
Dos días después de obtener su primer triunfo de etapa en el Giro de Italia 2019, Movistar Team pasó gran parte de la sexta jornada -una de las más largas de esta edición, con 238 km entre Cassino y San Giovanni Rotondo- en la brecha en busca del segundo. José Joaquín Rojas y Andrey Amador formaron parte de una fuga de trece ciclistas que dio un vuelco a la general, con Fausto Masnada (ANS) llevándose el triunfo por delante de la nueva Maglia Rosa, Valerio Conti (UAD).
La escapada, formada hacia el km 60 tras una primera hora muy agitada y no exenta de incidentes -una caída que afectó, sin absoluta consecuencia física, a Mikel Landa-, llegó con casi seis minutos al pie de Coppa Casarinelle (2ª), una tendida subida de 15 km en la que los dos protagonistas del día abrieron un hueco de medio minuto sobre una ‘contra’ de tres con Rojas. Acompañado de Plaza (ICA) y Carboni (BRD), el murciano se afanó sin éxito en perseguir una avanzadilla que llegó con 38″ sobre José Joaquín, 3º en meta, y casi un minuto sobre el tercer grupo con Amador, 9º.
Rojas es ahora cuarto en una general en la que Amador se ubica igualmente dentro del top-ten, con un par de minutos de ventaja sobre el hasta hoy líder Roglic (TJV) a tres jornadas de la importante CRI de San Marino. Mañana viernes, la carrera seguirá buscando las ascensiones, con un tortuoso final en L’Aquila (185 km) salpicado por varios duros repechos.
DECLARACIONES / José Joaquín Rojas:
«Al principio todo el mundo quería ir a la fuga, pero ha habido una caída en la que se ha visto involucrado el líder, Mikel y varios más, así que en ese momento se ha parado un poco la lucha. El corte bueno se ha hecho justo después de entrar todos: iba yo en un primer ataque junto a 4-5 ciclistas más, entre ellos Plaza y Conti, y luego ha entrado Andrey. Una vez consolidado el corte, se trataba de llegar con ventaja suficiente al puerto de 2ª para jugarnos la victoria entre nosotros.
Viendo que había un poco de viento de cara, pensaba que tenía que ser más cauto, no llegar y gastar todas las balas de golpe, ya que había gente mucho más escaladora que yo. Me encontraba bien, pero no pensaba que debiese salir a por todas desde abajo. Al final se ha visto que el primer ataque ha valido. Visto que se iban, he arrancado varias veces por mi cuenta, pero la gente siempre salía. Luego he aprovechado que Rubén Plaza los ha pillado al contrapie para salir yo ante el parón y llegar hasta él junto a Carboni. Íbamos a tope, dándolo todo, pero ha sido imposible. Creo que hemos pagado no haber reaccionado al momento de su arrancada, porque aunque Conti y Masnada eran fuertes, no pienso que fuesen superiores, ya que las diferencias al salir a por Plaza y al llegar a meta han sido prácticamente iguales.
Es una sensación agridulce. Me veía con piernas para ganar y no creo que una situación así se dé muchas veces para mí en este Giro. Mi cometido aquí es trabajar para Mikel y Richard, y en eso continuaremos. Al menos estoy contento porque las sensaciones han sido buenas».
Imagen portada (c): BettiniPhoto