La Vuelta

Otra gran victoria del ciclismo profesional en 2020. Con el arranque de La Vuelta -una carrera más corta, con la anulación de las tres etapas en Países Bajos, y menos internacional, al no transitar por Portugal-, el UCI WorldTour habrá visto iniciarse las tres grandes rondas de una temporada que quedó cercenada por la pandemia. El gran sustento para un deporte que no solo tendrá que luchar contra la crisis sanitaria, sino también frente a las inclemencias meteorológicas, en una prueba que se disputará en pleno otoño, dos meses después de sus fechas habituales, y rozando el anochecer, especialmente en las trece últimas etapas, que tendrán lugar en un insólito horario de invierno.

Al ser jornadas llanas las que habían de disputarse en la salida de Utrecht, la montaña de La Vuelta -si el tiempo lo permite- queda intacta. Y se arranca ya con tres días duros. El martes 20 se superarán Udana (3ª), Kanpazar (3ª), Elgeta (3ª) y Usartza (1ª; 5,3 km al 7,7%) camino de Arrate. El miércoles 21, partiendo desde la sede de Movistar Team (Pamplona), se cubrirán Guirguillano (3ª), Urbasa (3ª) y el exigente San Miguel de Aralar (1ª; 9,4 km al 7,9%), con su característico cemento, a 16 km de la meta de Lekunberri. Y el jueves 22, una novedosa llegada soriana en la Laguna Negra de Vinuesa (1ª), con 8,6 km al 5,8%.

Tras una primera opción de sprint en Ejea de los Caballeros (4ª etapa, viernes 23), aunque con el peligro del viento de costado -ya vimos en los últimos años cómo estas jornadas se volvían decisivas-, los favoritos deberán guardarse las espaldas en una sinuosa etapa altoaragonesa -Vio (2ª), Fanlo (3ª) y Petralba (2ª) camino de Sabiñánigo (último kilómetro al 5%)-, que precederá a la gran etapa pirenaica de esta edición (domingo 25), aunque recortada tras la eliminación del Tourmalet. Petralba (3ª) y Cotefablo (2ª) precederán a un final ya muy conocido en La Vuelta: Formigal (1ª), con sus irregulares 14 km de ascensión y sus tramos finales de hasta el 9%.

Tras el primer descanso -traslado el mismo domingo hasta Vitoria-, la carrera se reanudará, de nuevo en Euskadi (martes 27), con dos pasos por Orduña (1ª; 7,8 km al 7,7%) en un circuito en Villanueva de Valdegovía, final en ligera subida. Sin solución de continuidad, la carrera se dirigirá hacia La Rioja (miércoles 28) para subir Moncalvillo (1ª), otra incorporación a La Vuelta, con sus duros 8,3 km al 9,2%. Los favoritos disfrutarán después de dos días algo más tranquilos, con una opción de sprint en Aguilar de Campoo (jueves 29) y otra más abierta para las fugas -y con 2 km finales al 4%- en Suances (viernes 30).

El fin de semana de Todos los Santos guarda las dos grandes etapas asturianas, con nombre y entidad necesarias para ser decisivas. El sábado 31 se subirán La Campa (3ª), Colladona (1ª), Cobertoria (1ª), San Lorenzo (1ª) y final en La Farrapona (1ª), una sucesión ya clásica de la carrera con un puerto final largo (16,5 km) e imponente. Y el domingo 1 de noviembre, también si las circunstancias meteorológicas lo permiten, la llegada más mediática: L’Angliru (Especial; 12,4 km al 9,9%, desnivel máximo del 23,5%), precedido por Padrún (3ª), San Emiliano (3ª), Mozqueta (1ª) y Cordal (1ª) en una etapa de -factor importante, por explosividad- solo 109 km desde Pola de Laviana.

La última semana transcurrirá entre Galicia, Castilla y León y Extremadura. El martes 3 de noviembre se vivirá la única contrarreloj, un recorrido de 33,7 kilómetros y perfil llano hasta encarar el durísimo Mirador de Ézaro, 1800m a casi un 15% que requerirán de cambio de bici (reglamentado y previsto por los organizadores). La general deberá salir de allí prácticamente decidida, aunque quedarán varias jornadas exigentes que perfectamente pueden dar un vuelco a la general.

El miércoles 4 se llegará a Ourense, con terreno caníbal, 205 km y final en ascenso (4%). El jueves 5, la caravana se traslada a Puebla de Sanabria, en una 15ª etapa mucho más importante de lo que parece, con sus 4100m de desnivel, sus ¡231 kilómetros! y su perfil siempre sinuoso, que invita a acciones desde lejos. Y el viernes 6, Ciudad Rodrigo recibirá presumiblemente una fuga, aunque el terreno tampoco será sencillo, pasando El Portillo (2ª) y El Robledo (1ª) en la zona de Las Hurdes. Y para decidir el podio final, una gran etapa en tierras salmantinas (sábado 7), con seis puertos, más de 4000m de ascensión y llegada en La Covatilla (Especial), con 11,4 km al 7,1%.

Si todo lo que aquí se anuncia se cubre, será otra victoria para el ciclismo. Quizás la situación sanitaria no permita llegar a Madrid o que veamos al pelotón surcar Prado, Recoletos y Gran Vía (domingo 8), pero el hecho mismo de arrancar, aunque sea con casi todo el mundo viendo la carrera desde casa, será una muestra más del buen trabajo del ciclismo para respetar las normas y seguir ofreciendo espectáculo en las condiciones más azarosas.