El argentino de Movistar Team, que peleó hasta los últimos kilómetros entre un grupo de ocho donde se impuso Guerreiro (EF1), trabajó en la parte final por un Pedrero que aguanta 16º en la general.
Nada menos que 4500m de desnivel para cerrar el primer bloque del Giro 2020. Otra jornada con largo kilometraje -208 km; más de cuatrocientos entre ayer y hoy- entre San Salvo, en la costa de los Abruzos, y la cima de Aremogna, en Roccaraso (1ª categoría), pasando Lanciano (1ª), San Leonardo (2ª) y Bosco di Sant’Antonio (2ª) antes de los 10 km finales al 6%, con un último kilómetro a casi un 10%.
El ‘veroño’ del que disfrutó la caravana en los últimos días desapareció, al menos de momento, este domingo, con algo de lluvia, unos 18ºC -pero con sensación térmica menor- en la salida y menos de 10ºC en la meta.
Eduardo Sepúlveda: «¡Hoy sí que fue duro llegar a la fuga! En la reunión de equipo habíamos planteado que Albert (Torres) y algunos compañeros controlasen esos 60 kilómetros planos previos a los primeros repechos, y el resto, a partir del kilómetro 60, teníamos la responsabilidad de estar delante. De hecho, antes de mi fuga se había hecho un corte con Villella y Samitier, pero el pelotón no les dejaba irse, y al final en el primer puerto -NdR: Guardiagrele, no puntuable- nos pudimos ir cuatro, tomamos tiempo con el pelotón y luego llegó más gente desde atrás.
En mi caso personal, lo que más me ha costado es el frío. Con el agua tenía la sensación de que se inflaron las piernas y no podía exprimirme bien; no llegué a meta como fatigado del todo, y es que con el frío sí que cuesta un poco más. Por lo demás, y aprovechando que estaba ahí y que Antonio está haciendo la general y que no tenía nada más ya que hacer, intenté ponerme ahí en esos últimos kilómetros con todo lo que pude, a su servicio.
Termino el día con muchas ganas de volverlo a probar. El hecho de no poder disputar del todo hoy me da una mayor motivación para seguir buscándolo. Queda mucha montaña y ojalá que podamos volver a estar delante».
La caravana vivirá mañana lunes, fiesta nacional de España, su primera jornada de descanso en las afueras de Pescara, antes de reanudar el Giro 2020 con la décima etapa, el martes, entre Lanciano -localidad natal de Dario Cataldo- y Tortoreto, de incómodo recorrido, ‘tipo Tirreno-Adriático’, lleno de repechos.
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