Los dos 'azules' vuelven a formar parte de la fuga vencedora en el Giro, donde se impuso Tratnik (TBM) desde un grupo de 28 corredores. Pedrero sigue 13º en la general.
Tras la segunda jornada de descanso, el Giro 2020 comienza cuatro días consecutivos por encima de los 200 km -y una penúltima etapa, previa a la CRI decisiva de Milán, al borde de dicha barrera-. Hoy martes esperaban 229 km entre Udine y San Daniele del Friuli, con seis ascensiones puntuables y final en un circuito con tres subidas al Monte di Ragogna (2,8 km al 10%).
Condiciones muy agradables si tenemos en cuenta que estamos ya a finales de octubre y en pleno norte de Italia. Cielos ligeramente cubiertos, temperaturas entre 10 y 15ºC y vientos muy suaves.
Sergio Samitier: «Ya nos explicaba Chente que hoy iba a llegar la fuga y así ha sido. Tenía claro que quería estar… pero quería estar yo y 140 más que corríamos hoy. Salvo los seis primeros, todo el mundo quería ir, y eso lo hace todo muy difícil. Ha sido un grupo numeroso y nos hemos podido meter con Einer. Sabíamos que con 7-8 minutos a la entrada del circuito llegábamos, y hemos entrado con 10. Lo malo de los circuitos finales es que incrementan la tensión, y hace que entres en ‘modo final de etapa’ desde 80 u 85 kilómetros antes de la llegada. En los llanos iban arrancando gente de varios equipos y nos hemos repartido el trabajo Einer y yo, saliendo a las ‘leches’ uno y otro, cerrando grupos… Justo el ataque de Tratnik no hemos estado, pero es que hay tener ojo para estas cosas, ser vivo. Se nos ha escapado, igual que a Bora o a otros equipos.
Cuando se nos ha ido, hemos intentado apretar a tope en una de las subidas a Ragogna con Einer, y nos hemos quedado muy cerca, pero nos miraban mucho, ya que éramos dos Movistar en un grupo de 7-8. Ahí le he dicho a Chente: «Uno de los dos se tiene que sacrificar por el otro si queremos llegar». Einer se ha puesto como una moto, sin decirle nada. Se ha pegado 25 km increíbles, de esos que dices: «Madre mía, Einer, te tengo que pagar una cena, porque lo que has hecho es increíble». Es el compañerismo. Me daba igual yo que él, pero se ha puesto sin decirle nada y se lo agradezco. Al final Chente me ha dicho que siguiera a mi ritmo, a tope, y hasta donde llegase.
Sabor agridulce, porque era una fuga que quizás, por piernas, en el puerto, podíamos haberla disputado, y que se nos haya escapado en el llano es una pena. Pero el que la sigue la consigue…».
Einer Rubio: «He visto la oportunidad de marchar en la fuga y las piernas iban bien, aunque finalmente no se ha podido. La carrera se juega en esos instantes rápidos y en estas fugas, saber resolver es importante. Unas veces se gana y otras no. He intentado trabajar para Sergio en la parte final para intentar que llegase y me llevo las buenas sensaciones y, sobre todo, la confianza, que para estos días de montaña que vienen, con un terreno mejor para mí, quizás nos sirva. Es una pena que Fernando (Gaviria) haya tenido que abandonar por una circunstancia así, y es cierto que ahora quedo yo un poco como el corredor colombiano con opciones para pelear ese triunfo. Será ya bonito si puedo tener la oportunidad; es una responsabilidad estar ahí, pero también una alegría tener esta oportunidad».
Mañana miércoles afrontaremos otro día de montaña crucial para la carrera. 203 km con salida en Bassano del Grappa y cuatro grandes altos: Forcella Valbona (1ª), el Monte Bondone (1ª), el Passo Durone (3ª) y final en Madonna di Campiglio (1ª). Todo ello, en la antesala del Stelvio, el jueves, y Agnello + Izoard, para decidir, el sábado.
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