Abanicos y una caída masiva cortan en dos ocasiones el pelotón en la jornada en línea más rápida de los últimos tiempos en el Giro (más de 51 km/h de media). Un destacado Movistar Team, con unos sólidos Torres y Cataldo, solventa los peligros.
¡A toda marcha! Aunque ya ha habido dos sprints esta semana, hoy viernes llegaba la primera opción clara para la volata, donde todos los hombres rápidos, incluso aquellos con menos potencial en montaña, podían pelearlo. Jornada ‘al sprint’ en todos los sentidos, con solo 143 km, sin puertos puntuables y con una llegada muy plana en Brindisi.
¡Ojo al viento! Salvo en el tramo previo al sprint bonificado, la carrera iría todo el día con rachas laterales de hasta 50 km/h, muy mantenidas. Inapreciable durante buena parte de la carrera, hoy podía cobrar gran protagonismo…
Albert Torres: «La verdad es que ha sido un día muy, muy rápido y, sobre todo, estresante para nosotros. Teníamos la responsabilidad de proteger a nuestro líder, en este caso Antonio, y también a Sami, que ha llegado con el pelotón. Sí que es verdad que al principio hemos tenido una buena faena, obligados a correr súper concentrados. En ese sentido hemos tenido una gran ayuda con la experiencia de Dario (Cataldo) en este tipo de etapas. Para mí es importantísimo aprender de gente como él. El equipo ha hecho una labor excelente, repartiéndonos el trabajo en momentos puntuales y salvando una etapa importantísima. Muchas veces se piensa que lo decisivo en un Giro de Italia es la gran montaña que tiene, pero en etapas así, cortas, con mucho viento… suceden imprevistos que afectan al resultado final. Ha habido caídas y, por fortuna, no nos han afectado y estamos sanos y salvos, algo muy importante para afrontar las próximas con garantías. El equipo tiene que estar contento: hemos tenido buena actitud y, una vez agrupados en la parte final, hemos estado todos en la parte delantera, intentando evitar caídas, y sobre todo, atentos para llevar a Antonio y a Sami lo mejor posible».
… Y mañana sábado, ¿sprint o fuga? Perfil bastante abierto en la octava fracción (200 km), siempre cerca de la costa entre Giovinazzo y Vieste (Gargano), superando el Monte Sant’Angelo (2ª) a mitad de carrera y una zona de repechos muy incómoda antes de entrar al circuito final. Si hay equipos con ganas de controlar, otra opción de volata; si no, será incluso más espectacular.
Imagen portada (c): BettiniPhoto