PARÍS EN EL HORIZONTE. Vuelve a ser año olímpico, y Albert Torres mira de nuevo con esperanza a los Juegos, que tanta motivación y relevancia pública le han dado. 2024 será, no obstante y por otro lado, nada menos que su quinta campaña en el WorldTour con un Movistar Team que era y sigue siendo un sueño para él, habiendo sufrido tanto para estar aquí. 2023 tuvo para él en la carretera un enfoque algo distinto: tras haber corrido el Tour en 2022, esta vez disputó el Giro -tercera presencia-, centrado en ayudar a un Fernando Gaviria que no gozó de la mejor fortuna. Ser soporte de lujo en las etapas llanas y allá donde le reclame el equipo volverá a ser, fuera de la madera, el propósito del menorquín en un grupo donde se ganó, ya en su primer curso, los parabienes públicos de todo un Alejandro Valverde («Ojalá lo hubiésemos conocido antes»).
LEYENDA DEL VELÓDROMO. Tal calificativo merece su excelente bagaje en los peraltes, con catorce podios en Campeonatos Europeos y Mundiales y seis medallas de oro entre Ómnium y Madison, entre ellas el arcoíris que logró en Cali 2014. Una trayectoria que tuvo su ‘punto y seguido’, ahora retomado para París, en los JJOO de Tokio -peleando por una medalla hasta el final en la Madison-, donde su entrega y esfuerzo, tras una preparación tan convulsa por la pandemia, fueron dignos de elogio. En 2023 fue subcampeón del mundo de Puntuación en Glasgow.
TROTAMUNDOS. Peleó casi una década para ganarse la oportunidad actual de que goza en el WorldTour. Tras sendos pasos a prueba con los equipos Geox (2011) y Androni (2012), formó parte algo más de dos años del Team Ecuador; saltó después durante unos meses al Raleigh (2016), en el que coincidió con su largo tiempo ‘partenaire’ Sebastián Mora, como preparación para Rio; y formó parte del Inteja (2017-2018) antes de un 2019 en el que preparó sus compromisos sobre el velódromo sin equipo fijo. Sería en 2020 cuando le llegaría la oportunidad de Eusebio Unzué -con Juan Martínez Oliver como mediador- para dar el salto a la máxima categoría. Esposo de Mar -exciclista profesional- y padre del pequeño Martí, es un ejemplo de entrega y sacrificio.
