RECUPERAR LA FORTUNA Y LA SALUD. Pocos en el máximo nivel del profesionalismo han recibido los golpes que ha sufrido Enric Mas en los últimos dos cursos. En 2022, varias caídas consecutivas en Tirreno, Itzulia y Dauphiné condicionaron su prestación en el Tour, que tuvo que abandonar por covid. Y pese a que su final de temporada fue quizás el mejor rendimiento de su carrera -2º, y mejor hombre en tiempo en la montaña, en La Vuelta, y vencedor del Giro dell’Emilia, amén de 2º en el Il Lombardia-, la suerte volvió a dar la espalda al de Artà en el momento clave de 2023. Se cayó en el primer día del Tour, afrontando desde entonces una recuperación ‘a contrarreloj’ para acabar después 6º en La Vuelta y volver a rozar el podio en Bolonia. Merece que las cosas le vayan mejor en 2024.
ÉXITOS DE GRAN NIVEL. Al margen de sus tres segundas plazas en La Vuelta, y de haber sido quinto (2020) y sexto (2021) en el Tour, Enric luce otras victorias de prestigio en carreras del WorldTour como la Itzulia -alzó los brazos nada menos que en Arrate, cuando aún militaba en Deceuninck-, el Tour of Guangxi -se llevó la general de 2019- o la propia Vuelta, en la que, camino de su primera visita en el cajón en 2018, se impuso a todos los hombres de la general en La Gallina. Antes del Giro dell’Emilia 2022, se estrenó de ‘azul’ el año anterior con la etapa ‘reina’ de la Volta a la Comunitat Valenciana.
DE BUENA ESCUELA. No se entiende tampoco la clase y calidad de Enric sin hablar de las dos estructuras que le vieron crecer antes del salto a la primera línea. En la Fundación Alberto Contador se curtió el ciclista balear antes de dar el salto a profesionales en la estructura de Patrick Lefévère, primero en su equipo de desarrollo -el Klein Constantia- y después, durante tres años, en el actual Soudal – Quick Step.
2020-23: Movistar Team
2017-19: Deceuninck – Quick Step
2016: Klein Constantia